Con esta imagen realizada por Elizabeth Vera, conmemoramos el 200 aniversario de la publicación de Frankenstein o El Moderno Prometeo, escrito por la inglesa Mary Shelley (né Godwin), aunque cuando la novela fue lanzada por primera vez, en tres tomos, estaba firmada por un autor anónimo.
En 2011, Benedict Cumberbatch y Jonny B. Miller interpretaron los roles de la Criatura y el Doctor Víctor Frankenstein en la adaptación que hiciera Nick Dear y con la dirección de Danny Boyle. Un aspecto esencialmente diferente de la verisón de Dear con respecto al original de Shelley, es que la obra de teatro se centró en el punto de vista de la Criatura; como dice Boyle, es “una historia que nunca había sido contada de esa manera”, pues las motivaciones del Dr. Frankenstein pasan a segundo plano para enfocarse en la Criatura, cuya naturaleza y nobleza pura se transforman ante el rechazo de un mundo que no sólo no lo comprende sino que también lo repudia.
Fue idea de Danny Boyle que ambos actores alternaran cada noche los papeles del Dr. Frankenstein y de la Criatura. Fue una preparación ardua y metódica, e incluso Cumberbatch presenció una autopsia real para tener una idea de los procedimientos que Victor Frankenstein debió haber manejado en sus experimentos con cadáveres.
La producción contó con espectaculares escenografías e iluminación, música innovadora, y proezas físicas coreografiadas que no estuvieron exentas de lesiones. Asimismo, el peculiar aspecto de la Criatura en esta versión logró liberarla de la sombra que tenía desde el clásico cinematográfico de Boris Karloff.
Por esta interpretación doble, Benedict Cumberbatch recibió lo que en el medio se conoce como la «Triple Corona del Teatro Londinense», al ganar los premios más importantes ese año: el Olivier, el Evening Standard y el del Círculo de Críticos de Teatro.
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