Benedict Cumberbatch ha sorprendido a todos con su personaje de All en la secuela de Zoolander, titulada obviamente como Zoolander 2. Y es que Cumberbatch es un actor tan complejo y tan completo que no teme sacar de balance a sus seguidores y entrega una actuación que nos saca de nuestros asientos, tanto por el impacto como por su osadía.
No, All no es físico-matemático ni tampoco un hacker. No es ese desadaptado que sufre por amor ni el sociópata altamente funcional que todos adoramos por su cinismo. Al momento de aparecer en pantalla, su personaje es presentado como un(a) modelo de talla internacional, que rompe, por supuesto, todos los moldes establecidos en el mundo del modelaje de Derek Zoolander (Ben Stiller) y Hansel McDonald (Owen Wilson), leyendas ya superadas por el medio.
Quienes conocen bien la trayectoria de Benedict Cumberbatch no pueden negar que es la actuación más divertida que haya ofrecido hasta el momento. Es, creemos algunos, un regalo agridulce que nos permite apreciar una desconocida línea actoral de alguien que nos tiene acostumbrados a sus personajes inteligentes y agudos. All no demerita de ninguna forma lo que ha hecho hasta ahora, porque si quitamos toda la comedia absurda de Zoolander 2, nos quedamos con ganas de ver mucho más de su personaje andrógino.
Y bueno, si ya de por sí es un lujo ver a Cumberbatch aparecer en películas con alto impacto en taquilla, se le permite arriesgarse a formar parte de una producción que pinta para ser un verdadero descalabro, con tal de que nos deje con la boca abierta.
como pudiste confundir a Ben Stiller con Adam Sandler?
Me gustaMe gusta
Muchísimas gracias por notarlo.
Me gustaMe gusta