Starter for Ten (2006)

«Starter for Ten» es una comedia romántica que para muchos puede resultar predecible y aburrida, sobre todo entre el público hispanoparlante que la conoce por el título de «Un Chico Listo», e incluso hay quienes intentan compararla con el éxito norteamericano de 1985 «The Breakfast Club» de 1985, así que primero demos algunos antecedentes para ubicarla en su contexto:

«University Challenge» (Reto Universitario) es un programa de concursos de preguntas y respuestas de la televisión británica, que en su primera época (1962 a 1987) fue conducido por Bamber Gascoigne.

La mecánica del concurso establece que la pregunta de inicio («starter») vale 10 puntos y el equipo que oprima primero el botón y responda correctamente (sin deliberación entre los miembros), obtiene tres preguntas adicionales con valor de quince puntos cada una. Debido a ello, la frase «Your Starter for 10» se convirtió en el lema del programa e inspiró a David Nicholls para escribir la novela «Starter for 10», que posteriormente adaptó al cine.

La película, inserta en la década de los ochentas, nos cuenta la historia de Brian Jackson (James McAvoy), un joven de clase media de Essex que ha pasado su vida viendo «University Challenge» y ama el conocimiento con verdadera pasión. A diferencia de sus amigos (Dominic Cooper y James Corden), sueña con asistir a la universidad, lo cual consigue de manera inesperada, incluso para él. Lejos de su protectora madre Julie (Catherine Tate), inicia una nueva vida cuando ingresa a la Universidad de Bristol y logra formar parte del equipo del «University Challenge», pese a la reticencia del engreído capitán del equipo Patrick Watts (Cumberbatch).

Como es de esperarse, se enamora de la chica rubia, sexy y glamorosa Alice Harbinson (Alice Eve), mientras que mantiene una amistad con la morena, intelectual y activista Rebeca Eppstein (Rebecca Hall), con quien comparte causas e intereses. Parece que Brian ha logrado sus sueños, sobre todo porque podrá participar en el programa de «University Challenge», pero ciertas situaciones lo obligan a replantearse metas y expectativas. Absolutamente todo, para bien o para mal, se definirá en el concurso favorito de la nación, bajo la mirada cautelosa de Bamber Gascoine (Mark Gatiss).

El director Tom Vaughan y el equipo de realizadores, logran colocar la historia en la Gran Bretaña de los años 80’s, estimulando nuestra memoria con una banda sonora que no puede faltar en la colección de los nostálgicos: ‘In Between Days’, ‘Love Song’, ‘Pictures Of You’, ‘Boys Don’t Cry’ y ‘Six Different Ways’ de The Cure; ‘Love My Way’ de Psychedelic Furs; ‘Venus’, de Bananarama; ‘Ace Of Spaces’ de Motorhead; ‘The Hurting’ de Tears for Fears y ‘I’m Your Man’ de Wham!, entre muchas otras favoritas de esa época.

El reparto está integrado por actores que más adelante volverían a cruzar camino con Cumberbatch: James McAvoy sería el protagonista de «Atonement» al año siguiente; Rebecca Hall llevaría el personaje antagónico en «Parade’s End»; Alice Eve se integraría a la tripulación de Enterprise en «Star Trek into Darkness»; Charles Dance, quien había tenido un rol en «To The Ends of The Earth», sería parte del elenco de ‘The Imitation Game’; Lindsay Duncan intepretaría un papel en el episodio ‘The Last Vow’ de «Sherlock»; James Corden aparecería brevemente en «Electric Cinema: How to Behave»; y Guy Henry, que estuvo en «Fields of Gold», tendría un pequeño papel en «Creation».

Pero el actor de «Starter for Ten» que sería trascendental en la carrera de Cumberbatch unos años después es Mark Gatiss, el co-creador, co-escritor y co-productor ejecutivo de la serie «Sherlock» de la BBC. Gracias a esta película, Gatiss pudo atestiguar de primera mano que la maleabilidad de Cumberbatch era tan inteligente y poderosa que podía interpretar a un «cerebrito» más en su carrera pero, a diferencia sus personajes anteriores y posteriores, Patrick Watts era un insoportable jovencito con una sobrada, pero muy oportuna «estupidez cómica», capaz de provocar una carcajada.

Vale la pena destacar también que «Starter for Ten» fue una especie de trampolín hacía Hollywood para algunos de sus actores: cuatro de ellos forman parte del universo Marvel (McAvoy, Cooper, Cumberbatch y Hall) y otro tiene su propio show nocturno de entrevistas en la tv americana (Corden).  Pero ello no es gratuito, ya que la película fue producida por gente muy importantes en la industria cinematográfica en ambos lados del Atlántico: un ejemplo es Tom Hanks, quien incluso presume de haber ayudado a Cumberbatch para convertirse en estrella,y Sam Mendez y Pippa Harris, cuya empresa en conjunto estuvo al frente de «Stuart: A Life Backwards» y «The Hollow Crown».

Por todo esto, y pese a las criticas tan disparejas que se emitieron en su momento, «Starter for Ten» tiene un lugar especial en la carrera de Benedict Cumberbatch, porque Patrick Watts le permitió ejercer la comedia como no habíamos visto antes. Además, la película está plagada de pequeños detalles que nos permiten identificarnos con cada uno de los personajes y entonces soltarnos a llorar, carcajearnos o esconder la cabeza por pura pena ajena.

Cualquier semejanza con «The Breakfast Club» o «Sixteen Candles» es pura alucinación.