Y es que por más glamorosa que parezca ser la vida de un actor, para Benedict Cumberbatch su visita a Toronto es por cuestiones de trabajo: promoción y entrevistas para The Penguins of Madagascar y The Imitation Game, más conferencia de prensa y premiere de esta última.
Aquí un poquito de la parte personal de Benedict en una entrevista con Mark Daniell de la agencia QMI para el Toronto Sun
Benedict Cumberbatch estuvo en todo durante el Festival Internacional de Cine de Toronto del año pasado. Desde la noche de apertura con la película The Fifth Estate hasta la ganadora del Oscar 12 Años Esclavo, él fue el rostro del festival.
“Fui un ‘chico TIFF’” (las siglas del festival en inglés), bromea durante un entrevista en últimas horas de la tarde, anticipando el estreno canadiense de The Imitation Game el martes en la noche. “Fue muy divertido. Fue algo extraordinario, en verdad”.
Pero ser la atracción principal no significa que él haya podido ver todas las películas.
“La gente seguía preguntándome qué tanto disfruté el festival, y yo contestaba, ‘disfruté cuartos de hotel y hablar sobre mi trabajo sin parar’. Fueron tres días seguidos, lo cual es una tragedia cuando vienes a una ciudad como ésta”.
Esta vez no será diferente. Cumberbatch está haciendo prensa continua para su papel como matemático y padre de la informática moderna, Alan Turing, en The Imitation Game. Ha habido mucho entusiasmo sobre su interpretación en la película, la cual está basada en los esfuerzos en la vida real de Turing por dirigir la operación para descifrar el código Enigma durante la Segunda Guerra Mundial.
“Tengo que hablar sobre eso hasta (el martes)”, dice entre tragos de café helado. “¡No hay fin de semana para este chico!”.
Cumberbatch desvía cualquier mención al Óscar, excepto para decir que está agradecido por su buena fortuna como actor.
Este otoño, la estrella de Sherlock de 38 años también será visto en la última entrega de la trilogía El Hobbit y en Los Pingüinos de Madagascar, un derivado de la muy exitosa serie Madagascar de DreamWorks.
El próximo año tendrá lugar la puesta en escena de Hamlet, más de Sherlock y mucho de otro material del cual todavía no puede hablar.
Aún así, mirando hacia afuera de la ventana del octavo piso en el céntrico hotel Centre Island, Cumberbatch dice que preferiría estar afuera explorando Toronto.
“¿Podemos hacer la pin*** entrevista en el lago?”, ríe. “Hay un episodio de Los Simpsons donde el Sr. Burns se convierte en Howard Hughes y toma su avión de juguete y dice, ‘¡ya encontré la forma de salirme!’”
“Todos me dicen las grandes cosas que puedo hacer, pero no puedo hacer nada de eso. Me hubiera gustado llegar antes y ver la película de Robert (Downey Jr.), ver Toronto, ir al lago. Me encantaría en verdad experimentar un poco más de su fino país, y de Toronto mismo y del festival”.
Una de las cosas que llegará a experimentar en estos próximos días en Toronto será convivir con sus fans, algo que él aprecia. El año pasado, después de presentar 12 Años Esclavo, es bien sabido que regresó del teatro Princess of Wales para firmar autógrafos y estrechar manos con cientos de fans que hacían línea en King Street.
“Habían estado esperando eternamente”, dice recordando la experiencia. “Mi trabajo es ayudar a presentar una película a audiencias que la ven por primera vez. Pero si hay tiempo, siempre hago honor al hecho que hay muchos fans devotos fuera sólo porque eso los hace felices. Eso es algo grandioso y también me hace sentir bien. No existe tal cosa como puro altruísmo; a mí también me divierte mucho”.