Traducción libre de la reseña del episodio The Sign of Three de la Serie 3 de Sherlock, presentada en Sherlockology, la única guía oficial de Sherlock BBC.
Entrega inusual y única de Sherlock, El Signo de los Tres es un complejo, bullicioso y muy divertido episodio que provee a la serie de una tonalidad nueva, preservando al mismo tiempo muchos de los elementos que todos amamos del pasado.
No es ningún secreto que el segundo episodio de la Serie Tres se centra en la boda de John Watson y Mary Morstan. Constituye la columna vertebral de la narración y del entorno, inmerso dentro y fuera de una parte crítica del feliz día a través de una estructura ramificada complicada que lleva a los personajes, y a nosotros, a algunos lugares inesperados. Quizás más que cualquier otro episodio de Sherlock, esta es la que exige la repetición para apreciar verdaderamente la naturaleza compleja de los acontecimientos que se nos muestran. El guión está acreditado, por primera vez en la historia de la serie, a los tres escritores, con Steve Thompson a la cabeza, y los elementos del estilo de cada uno son evidentes a lo largo del episodio.
Siguiendo con La Carroza Vacía, se mantiene el énfasis en la relación entre los personajes. La interacción entre los personajes secundarios es un deleite, y hay una mayor profundización genuina de la amistad entre John y Sherlock, todo expertamente interpretado por Benedict Cumberbatch y Martin Freeman. Los acontecimientos al final de La Carroza Vacía la han solidificado. Si bien es posible que nos hayamos acostumbrado a la idea de que estos personajes viven en la época actual, en El Signo de los Tres es la primera vez que vemos a la pareja totalmente inmersa en la cultura social moderna – con resultados sorprendentes y absolutamente hilarantes que, posiblemente, puede proporcionar más temas de conversación que al inicio de la serie.
Al igual que el episodio anterior, aunque hay un caso central en la narrativa, ésta no es evidente inmediatamente, pues toma forma completamente cuando a pasado más de un tercio de la duración del episodio. Y no obstante, cuando lo hace, es un elemento de la historia que no está diseñado para servir a los personajes de la misma manera que lo logra el complot terrorista de La Carroza Vacía. En su lugar, se trata de un buen misterio pasado de moda, una pieza escrita inteligentemente construida que permite tanto a Sherlock como a John brillar en su forma particular, y pone de relieve el grado de dependencia que tienen ambos con respecto al otro cuando están en situaciones peligrosas. Mary sigue siendo una excelente adición al elenco, Amanda Abbington es una maravillosa presencia cálida que sigue interactuando sin esfuerzo con dos de los personajes principales y está aceptando completamente las salvajes y extrañas aventuras en las que se involucra la pareja.
El Signo de los Tres es visualmente impresionante a la vista, con verdaderas piezas visuales gracias al director Colm McCarthy. Todo el episodio se infunde con momentos destacados, incluyendo una nueva secuencia bella y memorable de introducción al 221B, un sorprendente uso de la edición en pantalla dividida, y una visualización totalmente diferente y nueva de las deducciones de Sherlock. También hace falta decir que la musicalización de David Arnold y Michael Price sigue siendo un deleite sonoro, con espectaculares nuevas pautas que son exclusivos de esta entrega.
El más cálido, el episodio más divertido de Sherlock hasta ahora, El Signo de los Tres entra paso a paso y con bastante audacia en tonos cómicos más amplios y temas más emocionales. La amistad de Sherlock y John es claramente el frente y el centro de esta nueva serie, y las reacciones manifiestas (y encubiertas) de Sherlock a los cambios en la vida de John da todo un movimiento sutil. Pero a pesar de toda la ligereza y la diversión que infunde el episodio, el cierre nos permite presagiar el final de la serie en Su Último Voto, aunque no podemos dejar de sentir que el humor que ha definido las dos primeras partes de Sherlock Serie Tres, es una presencia muy clara y consciente, debido a lo que puede deparar el futuro…