Nota publicada en Bogotá, Colombia., por Ángela Posada-Swafford.
‘El quinto poder’, la historia detrás de la red que filtró datos confidenciales de varios gobiernos.
Si Bill Condon, el director de ‘El Quinto Poder'(DreamWorks), lo hubiera planeado, no le habría salido mejor: programar el estreno de su película sobre Julian Assange, el dramático antihéroe que abrió las puertas del mundo de los denunciantes por Internet, después de que el soldado del ejército estadounidense Bradley Manning (ahora Chelsea Manning) fuera encarcelado por filtrar a WikiLeaks montañas de secretos militares, y mientras las noticias del otro informante, Edward Snowden, de la ultrasecreta National Security Agency, ruedan por todos los medios de comunicación.
‘El quinto poder’ explora la historia detrás de la creación de WikiLeaks, el sitio web que filtró secretos (algunos muy oscuros) de las altas instancias gubernamentales del mundo y la compleja relación entre su fundador, el periodista, activista, programador y candidato al Parlamento australiano Julian Assange, y el hacker alemán Daniel Domscheit-Berg.Primero seducido y después desilusionado por la magnética pero manipuladora personalidad de Assange, Domscheit-Berg escribió uno de los dos libros en los que se basa la película, que se estrenará el 15 de noviembre en Colombia. “Dos personas y un secreto: el comienzo de toda conspiración, de toda corrupción”, dice el personaje de Assange en una versión madura del guion de la película, filtrado por WikiLeaks (naturalmente). “A medida que crece, más personas y más secretos. Pero si podemos hallar a un denunciante, alguien dispuesto a revelar los secretos, esa persona puede derribar el régimen más represivo”.
Difícil imaginar una mejor interpretación del brillante y excéntrico activista de cabello blanco (que buscó asilo político en la embajada ecuatoriana de Londres hace poco más de un año y que está bajo acusaciones de abuso sexual en Suecia) que la ofrecida por el no menos magnético actor inglés de 37 años (cinco menos que Assange) Benedict Cumberbatch.
El virtuoso trabajo del que en este momento es el actor de mayor demanda en el Reino Unido, conocido en este lado del mundo por sus papeles en la serie de la BBC Sherlock y en Star Trek: en la oscuridad, logra habitar a Assange de una manera exquisita. No solo físicamente (con prótesis en la boca, peluca y lentes de contacto), sino habiendo hecho una extensa investigación sobre su personalidad, dicción y motivaciones. El resultado es el retrato de alguien que a la vez es un altruista y un egoísta. Y hay momentos en la película en que es difícil diferenciar entre Assange y Cumberbatch.
Cumberbatch piensa que es fácil percibir a Assange como un villano, leyendo la forma en que ha sido retratado en los medios. “Él está sacrificando mucho por una ideología en la que cree rígidamente. Esto no es algo en blanco y negro, y además la historia continúa. Para mí era crucial mostrarlo como un ser humano tridimensional y no como una caricatura plana. Sin tener el beneficio de su colaboración, tuve que hurgar dentro de mí para buscar los recursos. Fue todo un ejercicio de empatía imaginaria”.
El ‘tecnothriller’ periodístico ha sido recibido con reacciones mixtas por los críticos, aunque se sugiere en consenso que la interpretación de Cumberbatch sería merecedora de un Óscar. Además, los temas que explora ‘El quinto poder’ son sumamente complejos y relevantes en nuestra realidad actual.
“El uso de amenazas contra la vida como la razón para erosionar las libertades civiles a través de la vigilancia intrusiva de un gobierno puede ser algo tan peligroso para la democracia como el terrorismo que tales acciones dicen prevenir”, opina Cumberbatch. “Es contestar fuego con fuego, y eso es asustador. Por otro lado, tener transparencia es muy importante, ¿pero debería esa transparencia ser transferida a nuestras comunicaciones? ¿Y tiene Assange la autoridad para filtrar documentos secretos en tanto que –mientras WikiLeaks expone la corrupción y la violencia de gobiernos y corporaciones– podría también estar arriesgando la vida de gente más allá del objetivo específico?”.
En más de una ocasión, Cumberbatch ha pasado caminando por la embajada ecuatoriana de Londres, preguntándose cuánto tiempo más estará Assange allí y abrigando la esperanza de que el activista vea la película y secretamente admita que no es tan dañina a su misión y a su persona como se la imaginó.
«ES UNA SARTA DE MENTIRAS»: JULIAN ASSANGE
Julian Assange condenó el filme desde el principio: , dijo después de leer una primera versión del guion. Benedict Cumberbatch, quien lo interpreta en la cinta, intentó en vano reunirse con él, y recibió finalmente un extenso correo electrónico, el día antes de iniciarse la filmación, en el que Assange le pedía abandonar el proyecto. “Exponía sus razones de forma muy articulada, y yo le respondí igualmente, de manera apasionada, y tras haberlo pensado mucho”, dijo el actor.
“Le expliqué por qué él estaba equivocado. Que esta es una dramatización, no un documental, y que nos encargaríamos de presentarlo de forma equilibrada”.