La Prensa de Honduras publica el siguiente artículo, despachado en Madrid.
En su última encuesta anual, la revista británica Empire ha elegido al actor más sexy del momento y las 50 mil personas que han participado han señalado a un rostro poco habitual en estos listados, el de Benedict Cumberbatch (37).
La brillantez de este actor, su capacidad camaleónica y su rostro inquietante han superado en el gusto de los fans a su compatriota Tom Hiddleston, otro intérprete con una personalidad arrolladora, y a nombres más asociados con la belleza, como Bradley Cooper, Michael Fassbender o Chris Hemsworth.
Cumberbatch se ha especializado en personajes que son tan inteligentes y geniales como él lo es en la vida real, donde se muestra sin embargo más amable que los papeles que habitualmente interpreta. Porque si algo caracteriza la carrera del británico es la variedad y complejidad de sus papeles.
Mimetización
Su trabajo más reciente ha sido nada menos que dar vida en la gran pantalla a uno de los personajes más polémicos de los últimos tiempos, el informático australiano Julian Assange, fundador de WikiLeaks.
Cumberbatch se tiñó el pelo de rubio, un cambio que supuso una transformación brutal de su aspecto, que le permitió mimetizarse hasta límites perturbadores en The Fifth Estate, el filme de Bill Condon que cuenta cómo Assange puso en marcha un portal desde el que se revelaron informaciones secretas de varios Gobiernos, entre ellos el de EUA.
El actor ha recibido críticas elogiosas por su trabajo, y hay quien ya le apunta para una posible candidatura a premios importantes, como los Globos de Oro o los Óscar, pero no es de la misma opinión el mismo Assange, que se ha mostrado abiertamente en contra de la película y que incluso se negó a reunirse con Cumberbatch.
«Creo que usted es una buena persona, pero no creo que esta película sea buena«, señaló Assange en una carta dirigida al actor, en la que también afirmaba que Cumberbatch era utilizado para presentarle «como alguien moralmente comprometido» y para crear «un trabajo, no de ficción, sino de una verdad envilecida«.
El británico no ha querido entrar en polémicas y, aunque reconoció antes del estreno que la cinta no iba a ser del agrado de Assange, ha rechazado en todo momento opinar sobre Assange.
Impulsado por la maldad
Star Trek Into Darkness, la última entrega de esta saga galáctica, contenía una sorpresa que centró inmediatamente la atención de todos los espectadores.
Cumberbatch prestaba su rostro y su profunda voz al malvado Khan, un personaje que ya había aparecido en 1982 en Star Trek: The wrath of Khan, interpretado por un Ricardo Montalbán con melena rubia, el cual se enfrentaba al legendario capitán Spock, de Leonard Nimoy.
El actor heredó el papel y le dotó de mayor profundidad y complejidad, con una fuerza que eclipsó a Chris Pine y Zachary Quinto, la nueva pareja protagonista de estas aventuras.
Más allá de los trekkies, los acérrimos fans de Star Trek, los espectadores se quedaron enganchados de un malo que era mucho más interesante, inteligente y sorprendente que la pareja de honestos y perfectos protagonistas.
Su nombre no dejará de sonar en los próximos meses.